lunes, 22 de diciembre de 2014

Matt Elliott - 18/12/2014 - Fotomatón Bar (Madrid)

Como os hemos contado estos días, hemos hecho 3 añitos ya por aquí. Y para no faltar a la costumbre, tocaba concierto para celebrarlo; escogimos al inglés Matt Elliot para esta ocasión.

Nos gustan los conciertos extraños, gourmet, de esos de los que es difícil contar algo porque son más sentimiento que setlist. Y por eso este nos hacía mucha ilusión; sabíamos que iba a ser un concierto de gente muy amante de la música, de canciones de 12 minutos y de dejarse llevar por la melodía. Y así fue, todo a la altura de las expectativas: Silencio, absoluto.

Silencio y respeto total al señor Elliott. La gente pidiendo en la barra por señas, el público esperando al final de la vibración de los acordes. Un gustazo.


Decir, que claro, el estilo el de este hombre, con un pasado electrónico, se nos antoja, indescriptible. Sus canciones evocan melancolía, sufrimiento, oscuridad. De aparente sencillez, melodía, juegos de voces, poca letra y con un estilo de guitarra cercano, mucho, a la guitarra clásica española (que nos perdonen si esto es una herejía), contribuye a crear una atmósfera agradable, de sonido acogedor, pero que a la vez nos revuelve por dentro, llega a un subconsciente de sentimientos.

Matt soltó alguna parrafada en inglés contándonos que casi deja la música pero que una serie de circunstancias, y un concierto en un festival hizo que siguiera, que vivió en Madrid algunos años y conforme hablaba nos hacía sentir más en casa, quizás también porque el se sentía en ella.

Aparente sencillez es esto
Un gustazo de concierto, un placer. Lo dicho, de vez en cuanto nos gusta ir a conciertos un poco fuera de lo que acostumbramos y con este, las ganas de "aventurarse" no hacen más que aumentar.

¡Felices fiestas!

La Bien Querida - 12/12/2014 - Siroco (Madrid)

Tardando de más en pasarnos por las celebraciones del cuarto de siglo del Siroco, escogimos la Fiesta Mondosonoro y el repaso al Romancero de nuestra adorada La Bien Querida. Obviamente, y más teniendo en cuenta lo acogedor del Siroco, entradas agotadas sin que el hecho ser día pico de cenas de empresa hiciese mella. Alguno vendría de empalmada.

Spotify dijo a una de nosotras en nuestro repaso anual que este invierno se había dado un hinchón a Romancero pero es que había muchas muchas ganas de este concierto.

Casi rondando las 10 y media, apareció David a tocar unos temas a modo de aperitivo. Desgraciadamente no le vemos pero sí que oímos, y escuchamos, sus extrañas letras.

Breve, apenas diez minutos, fue su intervención. Tras ello entra Ana, que en ese momento si que era bien querida, nos cuenta que va a repasar solo Romancero y anhelamos que no sea solo eso, que se nos va a hacer muy corto. 

Y arranca el karaoke... Ana, guitarra y público. ¿Que la canción tiene unas características palmas? Pues espontáneamente se tocan en De momento abril. ¿Qué con algún tema hemos llorado alguna vez? Pues se canta más fuerte. Eh, daos cuenta de lo que nos quejamos que en esta ciudad ya no se dan palmas. Pues ya lo de cantar...y es que, esto era de fans fans.

Nos os vamos a engañar, 9.6 sin bases se nos quedó sosa, pero vamos, que a nadie le impidió crear el momento subidón aunque algo más light.
Tema a tema, siguiendo el orden del tracklist, cantamos, aplaudimos, nos balancemos y fuimos viendo que las canciones se sucedían muy rápido... ay como solo toque Romancero.

Sale David para finiquitar entre los dos a la guitarra el repaso al disco en unos cortísimos 40 minutos. Alguien del público pide un poco de Sentido Común y que siga la Fiesta.

Como era de esperar, menos mal, el concierto continúa y tras un salir por entrar del escenario, se incorporaron definitivamente David y las bases. Y como el acústico no lo es todo y pedíamos palmas y bases, inicia la segunda parte de esta Ceremonia con Arenas movedizas, que estábamos de viernes y eso era una fiesta de cumpleaños, ¡a moverse!
La Fiesta continuó con Hoy enlazada con Queridos Tamarindos, que fue quizás el punto algido (junto con el primer acorde de la primera canción)  y en la que nos pareció notar tamblar el suelo. Es que la canción tiene ritmillo y la gente estaba contenta de este auténtico regalo delicatessen de Navidad.

Teníamos la duda, el deseo, de que alguno de sus nuevos temas sonase, y así fue. Cerró con Poderes Extraños, que para lo recientito que está, el personal se la conocía muy bien.



Que os vamos a decir, que nos encantó. Pero cómo no nos iba a encantar si a pesar de eventos variados escogimos estar allí.



Gracias a Mondosonoro por este concierto y Feliz Aniversario a Siroco, ¡qué sean muchos más!

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El Columpio Asesino - 14/11/2014 - Ochoymedio Club (Madrid)




Prolongando un poco de más la siesta, nos plantamos en un Ochoymedio de entradas agotadas y lo que parecía un aforo algo más reducido. En los tres cuartos de hora entre que terminaron los teloneros White Bats (que no llegamos a escuchar) y comenzaba el concierto, la sala se fue llenando de un público ecléctico y de una media de edad algo mayor a lo que el moderneo madrileño nos tiene acostumbradas. Y, ey, se agradece, que había más silencio.



Pues eso, que costó arrancar y más cerca de las diez que de las nueve empezó a sonar la intro de Babel, temazo que El columpio asesino, escogió para arrancar de un tirón con Escalofrío y la Lombriz de tu cuello.
Personalmente, había algo que no acaba de engancharnos al concierto. Entendamos lo que limita el contacto con el público tocar la batería y ser el cantante principal, algo que además nos parece harto difícil pero algo había.


Tras la descarga inicial, llegó un momento algo más melódico con A la espalda del mar, falso momento de descanso porque la oscuridad, unas de las muchas características de este grupo, volvió con Entre cactus y azulejos, también del disco que presentaban.

Fue justo a partir de este momento cuando por fin entramos en el concierto, quizás habernos puesto en la zona fan justo a tiempo de que empezase Ballenas muertas en San Sebastián fue la clave. Este tema seguido del extásico instante causado por la rareza Your man is dead, hizo las delicias del sector más adepto y en general, fueron unos minutos diríamos que mágicos con una sala 100% entregada.

Continuando con temas más antiguos, sonaron la turbia Motel Edad legal, de su disco debut. Pero vino Diamantes, con una interpretación que nos pareció muy bonita. 
Aprovechó el sector guitarra para recordar que estaban allí y dejarnos preparados para el momento karaoke de la noche, Perlas. Y bueno, Toro y la locura. Cuánta gente no habría allí sólo para ese momento...


Hicieron el conocido truco de irse después de ya una hora de concierto que se nos había pasado volada aunque sabíamos que después de Toro no nos iban a dejar así, y apenas 5 minutillos más tarde reaparecieron, bebidas en mano, para proseguir con Floto.

 ¿Hemos visto unas piernas en el aire? Sí, señores. Una mujer en hombros es subida al escenario, intento rápidamente amagado por seguridad. Temíamos la locura del público en este evento y bueno, a pesar de ser todo más light de lo que esperábamos, había gente muy muy entregada.

La marca en nuestra frente... tenía que sonar y La muñeca, tema extraño y a la vez característico del estilo particular de esta formación, creó un auténtico momento rave con unos acertados juegos de luces que fueron el punto, casi, final: Un bis de guitarreo cerró la prácticamente hora y media de espectáculo que no acabó de llegarnos pero que tuvo muchos momentos brillantes. No sabemos por qué, el Ochoymedio no consigue meternos en atmósfera y es algo que nos da mucha rabia.

Nos consta que El Columpio.. estaba entregado y, dentro de su estilo, intentando llegar al público. Público que le tenía ganas, y muchas a este concierto. Si bien no conseguimos bailar toda la noche, no podemos echarles ningún reproche (...era un juego de palabras fácil).

En unos días repiten en Madrid. Si os gusta su estilo indescriptible, Google os dirá más ;)

viernes, 14 de noviembre de 2014

Polock - 13/11/2014 - Sala El Sol

Bien es cierto que hacía bastante tiempo que no los veíamos. También es cierto la anterior vez fue en un primer Dcode, en pleno mes de junio, con una ola de calor acechando sobre nuestras cabezas y con un tema llamado Fireworks que meses después estaría en todas las pantallas de televisión. Esta vez acudimos como buenas groupies, con los deberes hechos y ganas de ver qué había sido de ese grupo que hacía mucho que no escuchábamos. 


Nuevo disco, nuevos temas y nueva apertura. Con un conjunto de luces a los que estamos poco habituadas en la sala El Sol, arrancaron esas guitarras que tanto echábamos de menos. Poco tardaron en recordar su primer disco con Tenderlies. Entre lo viejo y lo nuevo fue moviéndose todo el concierto, recorriendo prácticamente casi todos temas de su discografía. 

En la sala de El Sol - con las entradas agotadas - había unos cuantos fieles que levantaban las manos y canturreaban las canciones menos conocidas del grupo valenciano. Tangerines and Unicorns o Sometimes hicieron lo que tenían que hacer: bailar y cantar. Con pocas intervenciones por parte del grupo, entre tema y tema y centrados en lo que les gusta, Polock fue avanzando en su cita en Madrid. Tan solo se hizo un inciso para decir que el 18 de noviembre estarán en Radio 3 o para decir el nombre de alguna canción, aparte de agradecimiento, obvio.  



Fireworks fue el tema más cantado y bailado por el público. Durante Hockney, que en ciertos momentos recordaba a algún tema de los franceses de Phoenix. el público no fue tan educado como se esperaba y costaba percibir los matices y la progresión de la melodía. Everlasting y Freak City trajeron de nuevo al público antes de los bises bajo buenos acordes de guitarras y un poco más de sonidos electrónicos. 
El mejor cierre que se podía esperar de la esperada (valga la redundancia) de la cita madrileña fue un tándem de lo viejo-nuevo. Not so well, acompañada por la enérgica You never know me, pusieron el broche de oro a buenos ritmos, movimientos de cabeza incontrolados. 

Y es que en 2011 ya nos echamos unos bailes, pero en 2014 hemos hecho lo mismo. A Polock le gusta mucho la guitarra y buenos ritmos y a nosotras también. 


viernes, 10 de octubre de 2014

Jacobo Serra (+Junior Mackenzie) - 8/10/2014 - Sala Costello (Madrid)

A pesar de haber retrasado la vuelta a las crónicas, que no a los conciertos, decidimos que ya estaba bien asumir la Vuelta al Cole y arrancamos el curso con Jacobo Serra.

Pero, a modo de bienvenida a lo que sería una velada muy bonita, Junior Mackenzie inaguró la noche en una Costello con un público por llegar y además tímido. El telonero reivindicó su labor, cosa que no necesitaba puesto que con su presencia y con su voz dejó el listón alto. Los pocos allí presentes estuvimos especialmente pendientes, callados y atentos al final de la vibración de cada acorde para aplaudir. Junior Mackenzie, que ni sabíamos que actuaba, fue una grata sorpresa de gran calidad.Su voz cálida y apenas 20 minutos de concierto nos dejó preparados para lo que continuaría.

Junior McKenzie
En el descanso entre  ambos cantantes la sala empezó a llenarse hasta tener que espabilar para no perder las vistas buenas. Y, bueno, diremos que los fans de Jacobo son altitos...

A las 22h, empezó el turno de Jacobo Serra con Don't Give Up, del disco homónimo que seguido por 26 nos tenía ya tarareando y totalmente concentrados. Siguió con una dedicatoria trampa, a los que madrugan mucho, como Ángel Carmona, quién subió como segunda guitarra a acompañarle con el coreado On and On. 

En un ejercicio de valor, en formato unplugged, Jacobo consiguió concentración en la sala con una muy melodiosa versión de Snapshots of my heart. Por si os no lo habíamos dicho, el estilo de Serra es folk o pop-folk y para constatarlo el instrumento principal en este tema, voz aparte, era el banjo.

All around fue subiendo el ritmo y empezó a hacernos mover mucho seguida de The Party, que sonó muy muy fuerte dentro de lo que es el  formato de este concierto, y después de hacernos ser conscientes de que Never Gone tenía un toque japonés, se arrancó con ella. Y consiguió que siguieramos balanceándonos con su música.

Jacobo Serra

Long ago fue otro ejercicio de acústica de la sala, que curiosamente hizo comunión con la gente lanzándose en los "Oh, darling", y con unos juegos de voces de Jacobo y su músicos que nos quisieron evocar a los Beatles. Siguió el recordatorio a música de otros tiempos de parte de Empty promises (nos encanta), que nos hizo dar un pasito a la derecha, dos a la izquierda y a recordar los 50. En el intento de irse al receso, le tocó al despertador de Radio 3 volver a subir de apoyo para Say it Loud, que con la guitarra adicional sonó bastante potente.

Fue un parpadeo de receso, y volvió el albaceteño-londinense sólo y sin electricidad, para interpretar Fly away, que si tenéis mal de amores no escuchéis. El momento más intimo que en una sala de conciertos y algo apretadillos hemos vivido en mucho tiempo.

Continuó con, por aparente petición popular, un cambio de ritmo,hacia el Blues y prosiguió, sacándonos del ensimismamiento... y cerrando la noche tras apenas una hora de concierto muy repleta de melodias, de concentración, de profesionalidad y en una noche en la que Jacobo estuvo muy bien rodeado, tanto en el escenario como por parte del público. Un público especialmente respetuoso, que quizás, era plenamente consciente de que sabía a lo que venía, a escuchar melodías limpias en las que los juegos de voz y sonidos acústicos se bastaron para crear grandes momentos.


martes, 29 de julio de 2014

Fuckaine- 25/07/2014 - Matadero (Madrid)


Vuelta al Matadero apenas un mes más tarde del Día de la Música para realizar un cambio de tercio atroz: Fuckaine.

Fuckaine son ese grupo que se supone que lo va a petar y que está camino de ello y nosotras tardando en verlos porque, vamos, a reconocerlo, nos daba algo de miedito. Pero el verano es momento para atreverse, ¿no?


Con más público de los que se podría esperar en un Madrid que empieza a sufrir el éxodo veraniego, en un finde de Low Cost y Contempopranea, llegó el concierto de Fuckaine dentro de ese extraño festival de artes escénicas que es Fringe Madrid 2014.
Mucha intensidad, mucha, nos obligó a tener que estar totalmente metidas en el concierto. Nada de evadirse ni pensar en nuestras cosas, con ellos no. Y eso hacía que la gente NO HABLASE. Milagro.

Ataviados con sus particulares pinturas de guerra, repasaron los temas que ya hemos podido escuchar en su bandcamp mientras el público, de los más variado y en su mayoría, altamente entregado se movía con desenfreno ante la enérgica psicodelía de la banda.

Nos dejamos llevar por Hakuna, como exige la canción, y ellos hicieron gala de videoclip de Aitork, canción de guitarras veraniegas. También gritamos Hooray y cerraron con canciones menos locas y más aptas para gente asustadiza, como Tronquito de Brasil.
Pero no nos íbamos a quedar relajados y tras el receso de rigor, se despidieron con Thnk U.

No os dejéis engañar por su versión grabada, Fuckaine en directo es algo muy chungo y la solución ideal cuando necesitéis un chute de energía.

Aunque, tras el concierto, la pregunta que realmente nos hacemos es: ¿conseguiría dormirse el niño que lo estaba dándolo todo entre el público después de tal descarga de intensidad?

sábado, 26 de julio de 2014

Alex Ferreira, Cabezalí y Lázaro - 23/07/2014 - Café Berlín (Madrid)

Alex Ferreira, para nosotras el eterno telonero, se merecía una noche de protagonismo, pero resultó estar allí como maestro de ceremonias, El reverendo. 

Pillamos, por fallo de planificación, a Cabezalí, Manuel, terminando ya de ablandar el corazón al respetable y metiéndonos en lo que sería una velada de sentimientos muy a flor de pie.

Pero a Lázaro sí que pudimos escucharlos. No rompieron la atmósfera mágica de la noche, de la noche pre-nupcial de parte de los allí cantantes. Sus letras, tanto en inglés, como en alemán, como en castellano. La variedad de instrumentos (marimba, amigos), la complicidad entre guitarrista y cantante, nos daba la sensación de estar colándonos en algo privado.




Y tras más de un año sin pasar por Madrid, llegó Alex, supuesto protagonista de la noche. ¿Qué decir de él? Le vimos hace dos años como previo de Aaron Thomas en el Sol y también con telonero de Mucho, esta vez le tocaba a él ser el reclamo; de personalidad cercana, querido por todos, es un músico cuya trayectoria parece llevar ahí toda la vida a pesar de su juventud, venía de finalizar la grabación de su último disco. Y no sabemos si era eso, o la razón del viaje, o que el ambiente del Café Berlín era favorable, pudimos ver a un Alex tranquilo, relajado, entregado. Fuera timidez ya.

Sus ritmos particulares, sus temáticas de distancia, que dedicase canciones a todos, hacía que cada vez el concierto tornara a algo más íntimo. El cúlmen fue cuando dedicó La Apuesta. Tras ella, Gonsálvez, medio regañado por emocionarse demasiado tocando la batería (que a nosotras nos sonaba bien, eh?) el concierto prosigio y llegó, oh, El afán, que no supimos seguir como procedía.



Se nos hizo el concierto corto, tan corto que no quisimos ni apuntar canciones, y cuando anuciaron el amago de irse con Rómpase en caso de Incendio no nos pudimos creer que se estuviera terminando.

Y, esta velada mágica, llena de amor, terminó con Me pierdo contigo. Con Palmas, sí, palmas. En Madrid.

Un concierto tranquilo, a ritmo de miércoles, que se podría definir con la palabra amorosidad. Deseando escuchar los nuevo de Alex estamos ya. Y claro, verle en concierto.