Tras varios discos y muchas comparaciones, los londinenses Bombay Bicycle Club pusieron broche final a su gira europea en una madrileña sala But repleta de gente.
Sabían a lo que venían y la experiencia en Barcelona probablemente les ayudaría a llegar mejor a Madrid. Arrancaron casi puntuales, con Overdone, melodía que abre su último disco. Música más electrónica, pero que en directo recupera su esencia cañera y rockera, que deja para sus directos. Con fuerza y energía prosiguieron, llegando con Shuffle, single de su tercer directo que una gran mayoría de la sala supo entonar sin problemas.
Muchos más rítmicos y guitarreros de lo que se puede escuchar en So Long, See You Tomorrow, repasaron melodías ya conocidas, incluyendo algunas de su primer álbum, aquel I Had Blues But I Shook Them Lose.
En un repertorio de hora y media acompañado por una voz femenina, que anteriormente no estaba, y con mucha percusión y especialmente una sonrisa, hicieron saltar, levantar las manos ante un excelente sonido poco común en muchas salas madrileñas. Como siempre, parte del público no estaba en el concierto, y se dedicaba a hablar, interrumpiendo momentos íntimos donde Jack Steadman, cantante, guitarrista, teclista, percusionista y lo que tocase, agazapado sobre un teclado, se marcó un solo acompañado por una luz suave y muy acertada - como la de todo el concierto -.
Punto final con el que cierra y pone el nombre a su último disco, So Long, See You Tomorrow que se extendió en el tiempo unos 5 minutos más debido a que todos los integrantes realizaron una gran improvisación al ritmo de la percusión para dejar claro, ante el público, su pasión por la música.
Aires festivaleros, luces impecables, que te llevaban desde la más sumisa oscuridad hasta una discoteca con la evolución de las melodías, improvisaciones, pocas palabras y muchas muchas muchas sonrisas por parte de todos los integrantes. Esa energía positiva, esas ganas de hacer música para el público, cubría cada baldosa de la sala But, y en algunos casos, personas que llevaban cinco años esperándolos.
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