Llevamos un poco algo missing pero es que la vida conciertera requiere de energías, ¿eh? Y llamadlo primavera (que no Primavera), llamadlo currar, pero no se puede más.
Aunque siempre hay excepciones y a The Pains of Being Pure at Heart (nombrecito largo) había ganas. Un grupo relativamente desconocido, para la trayectoria que tienen, al que veíamos por primera vez y que nos llevaba a lo que sería nuestro primer concierto en la antigua Pachá.
El concierto lo definiríamos, sin dudar, como impecable. Quizás el juego de luces nos sacó a ratos del concierto pero nos gustó. El cantante, Kip Berman, se mostró agradecido constantemente en su escaso chapurreo de castellano, ampliamente aplaudido en cada intentona.
La noche tardó en comenzar el tiempo suficiente para haber metido unos teloneros pero bueno, el DJ nos amenizó la espera con una selección bastante cercana a lo que al público podría gustarnos.
Por fin, se inició el concierto, con él cantante sólo interpretando Art Smock, de su último lanzamiento, pero el segundo tema, Until the Sun Explodes, ya vino con fuerza, seguida con la conocida Heart in your Heartbreak, con el respetable cantando y... ¡saltando! Sí, en Madrid y un jueves.
La velada continuó un poco a trompicones, costando arrancar en las primeras canciones por constantes parones para reafinar la guitarra que finalmente debió sonarle suficientemente bien al simpático Kip y para cuando llegó Young Adult Friction ya estábamos metidos del todo en el ritmo del concierto.En ese momento nos dimos cuenta que lo que pensábamos que iba a ser un concierto de postureo puro y duro, resultó ser un evento con fans muy debotos. ¡Si hasta había silencio!
Continuó el repaso a Days of Abandon (2014) pero con gran presencia de esos temas que nos han hecho llegar a ellos,
Siguieron los temas y The Pains of Being Pure at Heart (We will never die) nos hizo fijarnos en un batería hipersonriente.
En apenas una hora empezarían los amagos de despedida y los breves bises, que incluyeron a un Kip solo, de nuevo, cantando Ramona, tras ellos sonaron la cantable Everything with you y Eurydice
Finalizó, de nuevo, Kip solo dejándonos encantandas.
En cuanto a ellos, en ningún momento hicieron por presentarse: llegaron, tocaron, sonrieron muchísimo y nos dieron mucha envidia los que al día siguiente estarían viéndolos en Badajoz al aire libre y de noche.
Este grupo, de un sonido tampoco tan novedoso pero sí con una marca muy personal, suena a banda sonora de momentos y en un festival encajan perfectamente. Incoporan, como tantos otros, la tendencia de jugar cada vez más con los efectos, de mirar al shoegaze, pero llamémolos dream-pop o noise-pop o simplemente música que nos gusta, fue un placer hacer el esfuerzo de, aún con agotamiento, ir a verlos.
Lo dicho, impecable.
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