sábado, 26 de julio de 2014

Alex Ferreira, Cabezalí y Lázaro - 23/07/2014 - Café Berlín (Madrid)

Alex Ferreira, para nosotras el eterno telonero, se merecía una noche de protagonismo, pero resultó estar allí como maestro de ceremonias, El reverendo. 

Pillamos, por fallo de planificación, a Cabezalí, Manuel, terminando ya de ablandar el corazón al respetable y metiéndonos en lo que sería una velada de sentimientos muy a flor de pie.

Pero a Lázaro sí que pudimos escucharlos. No rompieron la atmósfera mágica de la noche, de la noche pre-nupcial de parte de los allí cantantes. Sus letras, tanto en inglés, como en alemán, como en castellano. La variedad de instrumentos (marimba, amigos), la complicidad entre guitarrista y cantante, nos daba la sensación de estar colándonos en algo privado.




Y tras más de un año sin pasar por Madrid, llegó Alex, supuesto protagonista de la noche. ¿Qué decir de él? Le vimos hace dos años como previo de Aaron Thomas en el Sol y también con telonero de Mucho, esta vez le tocaba a él ser el reclamo; de personalidad cercana, querido por todos, es un músico cuya trayectoria parece llevar ahí toda la vida a pesar de su juventud, venía de finalizar la grabación de su último disco. Y no sabemos si era eso, o la razón del viaje, o que el ambiente del Café Berlín era favorable, pudimos ver a un Alex tranquilo, relajado, entregado. Fuera timidez ya.

Sus ritmos particulares, sus temáticas de distancia, que dedicase canciones a todos, hacía que cada vez el concierto tornara a algo más íntimo. El cúlmen fue cuando dedicó La Apuesta. Tras ella, Gonsálvez, medio regañado por emocionarse demasiado tocando la batería (que a nosotras nos sonaba bien, eh?) el concierto prosigio y llegó, oh, El afán, que no supimos seguir como procedía.



Se nos hizo el concierto corto, tan corto que no quisimos ni apuntar canciones, y cuando anuciaron el amago de irse con Rómpase en caso de Incendio no nos pudimos creer que se estuviera terminando.

Y, esta velada mágica, llena de amor, terminó con Me pierdo contigo. Con Palmas, sí, palmas. En Madrid.

Un concierto tranquilo, a ritmo de miércoles, que se podría definir con la palabra amorosidad. Deseando escuchar los nuevo de Alex estamos ya. Y claro, verle en concierto.



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